15 enero 2009

Dos burras, dos perros y cuatrocientos cencerros

Cuentan que, en sus cuarenta años de historia, nunca había ocurrido. Sin embargo, el pasado verano, varias manadas de lobo ibérico (Canis lupus signatus) comenzaron a atacar de manera repetida a las vacas (Bos taurus) de la firma gallega de lácteos “Casa Grande de Xanceda”. Algunas vacas resultaron heridas o sufrieron abortos. Otras, desafortunadamente, corrieron peor suerte.

Lejos de cargar contra el lobo como, tristemente, suele ocurrir, la empresa gallega buscó soluciones basadas en la sostenibilidad. Yo, más bien, lo calificaría de soluciones basadas en la sensatez y en la cordura… La láctea se puso en contacto con diferentes asociaciones protectoras del cánido así como con una organización dedicada a salvaguardar animales carnívoros en Namibia, donde félidos como el leopardo causan estragos en el ganado. Como resultado, se puso en práctica una estrategia empleada en los Alpes suizos.

Xanceda y Junior. Son los nombres del par de burras (Equus asinus) que acompañan desde hace algunas semanas a las cuatrocientas lecheras. En lugar de huir como sus compañeras, las recién llegadas alertan con sus rebuznos de la presencia de lobos e, incluso, llegan a enfrentarse a ellos. Además, para reforzar la plantilla, una adiestradora de perros (Canis familiaris) recorrió las perreras gallegas en busca de ejemplares adecuados para defender a las vacas de los ataques. Yogur y Fresa, un mastín leonés y una perra lobo, fueron los canes seleccionados para tal misión. Como broche final, se dotó a las vacas de cencerros con los que provocar un desconcertante concierto para nuestros queridos cánidos ibéricos. Ante este panorama, las manadas de lobos han debido optar por modificar su lugar de caza ya que las agresiones se han reducido recientemente de manera extraordinaria.

Lobos y vacas a salvo, una nueva vida para dos perros y un par de burras rescatadas de la inercia gris que está arrastrando a sus congéneres hacia la extinción… Sirva esto como ejemplo de que, en muchas ocasiones, la mejor solución a un problema pasa por no pensar ni comportarse como un borrico, con perdón de los borricos.


Información tomada de: Fapas
Imagen tomada de:
Cinco Días

01 enero 2009

La brújula

Empieza un año que huele a cambios convulsos, a marejadas mentales y viscerales. Me siento como un gusano atrapado en un capullo que le viene ya pequeño; como un insecto palo en una muda vieja.

Atrás dejo un año más bueno que malo porque fue mejor que los anteriores, porque fue progresando adecuadamente de un invierno a otro. Un año donde quizás haya conocido algunas de las cosas más podridas de nuestra granada sociedad. Harto en estos últimos tiempos de verla desde la óptica microscópica he ideado un ocioso plan de escape que pronto descubriréis si estáis atentos. Sin embargo, mucho me temo que también tendré que afrontar dicha podredumbre cara a cara. No obstante, en peores plazas he toreado y aquí estoy. Eso sí, no pienso quedarme parado. Ventana que pueda abrir, ventana que abriré… Que mucha es la mierda a airear.

Sinceramente, no sé si este será un año grande o uno del montón. Yo creo que va a ser decisivo pero habrá que esperar… En algunos aspectos mi brújula apunta al norte y, en otros, parece girar descontroladamente… O quizás esté parada... Tiempo al tiempo… Afortunadamente, cuento con gente a mi lado y sigo teniendo esos ojos a los que mirar; unos ojos en los que se refleja el futuro que quiero…

Desde aquí os deseo a todos lo mejor para 2009. Feliz año nuevo.