02 diciembre 2011

La locura de no obtener colonias hermosas

Me contaba el otro día Petri D. “la Hermosa” que en cierta ocasión inventé un chiste. No la creí pero así había sido. Y era bueno… O al menos muy friki. Un muestra más, de nuevo, de la locura derivada de trabajar en un laboratorio.

16 noviembre 2011

El péptido resucitado

Quizás sea la más antigua de las guerras, una contienda marcada por las esquirlas de billones de batallas, la lucha librada entre patógenos y sistemas inmunes.

En lo que nos toca, aún hoy resuenan los vítores jubilosos que surgieron cuando vio la luz la penicilina, seguida años después de todo el arsenal de antibióticos con los que contamos en la actualidad. Desafortunadamente, también retumban las crueles carcajadas proferidas por algunos microorganismos multirresistentes, impasibles a dichos compuestos.



Evitar el fuego amigo nos ha llevado a buscar potentes antibióticos en los sistemas inmunes innatos de animales filogenéticamente cercanos a nosotros, para que nos resulten inocuos. Un equipo de la Universidad La Trobe centró su investigación en un prometedor caldo de cultivo, en un ambiente atestado de patógenos en el que fuera pausible la existencia de un alto nivel de inmunidad: un marsupio.


El marsupio del walabi (Macropus eugenii), además de ser el microhábitat donde el embrión completa su desarrollo, es un paraíso para numerosas bacterias relacionadas con los temibles multirresistentes patógenas de humanos. Buscando en el genoma del marsupial, el equipo investigador descubrió que el walabi poseía catorce genes que se traducían en munición péptida.


Catorce son las catelicidinas que engrosan las filas del sistema inmune innato del marsupial y que mantienen a raya al batallón procariota. Cinco de ellas, muy similares entre sí, fueron la clave para abrir una puerta al pasado, para identificar un gen ancestral que debió ser activo hace 59 millones de años. Quizás en su día encontrara resistencias en sus adversarios bacterianos. Hoy, por el contrario, pocos de nuestros microenemigos pueden plantar cara a este péptido resucitado, cual fénix, gracias al milagro de la arqueología molecular.


Información tomada de: NewScientist
Artículo original:
Wang J, Wong ESW, Whitley JC, Li J, Stringer JM, et al. Ancient Antimicrobial Peptides Kill Antibiotic-Resistant Pathogens: Australian Mammals Provide New Options. PLoS ONE 2011

Imágenes originales tomadas de:
Bioquell
The National Human Genome Research Institute

Protein Data Bank Europe

03 septiembre 2011

El señor del sándalo

Se camuflaba bien aún a pesar de su tamaño. Por eso, nos sorprendió descubrirlo de repente allí donde ya llevábamos unos segundos mirando. Grande, robusto, haciendo de la mata de sándalo (Santalum album) recién podada su nueva posesión. Había quien no estaba dispuesta a permitir que fuera así. De ninguna manera. O la señora de la casa o el señor del sándalo. No había suficiente patio para los dos. Cual Pilatos, la señora se lavó las manos y se sirvió de un emisario para proceder al desahucio del ortóptero.

En el primer intento, infructuoso, el saltamontes brincó hacia algún rincón inexistente o, al menos, inapreciable para el ojo del emisario. Cuando después volvió a dibujarse en la retina de este, saltó nuevamente a una vieja escalera de madera cercana. Fue ahí donde el comentado emisario, un servidor, aprovechó por inmortalizar al esquivo invasor.

Minutos después, ya resuelto el litigio, el insecto se hallaba sano y salvo lejos del sándalo que lo ocultaba, más allá de la casa morada por la señora; por la señora y por un sinfín de bichos más.

30 agosto 2011

El lagarto de Haría

¡Qué lejos queda ya nuestro periplo lanzaroteño! ¡Qué lejos! Mientras yo andaba entretenido, horas antes de regresar en avión, intentado inmortalizar a los inquietos herrerillos africanos (Cyanistes teneriffae ssp ultramarinus) hay quien fotografiaba al lagarto de Haría (Gallotia atlantica), sorteando pedruscos y matojos. No era para menos ya que el lacértido, endémico de Lanzarote y de Fuerteventura, así como de los islotes asociados a este par de isla, bien merecía hacerse un hueco en nuestro álbum.



Entradas relacionadas: Pajareando por Lanzarote

22 agosto 2011

El misterioso episodio de la cola embrujada

El genotipado de los ratones conllevaba que Mr. Diógenes bajara cada semana o quince días al animalario. Sin embargo, en los tres años que llevaba haciéndolo, jamás le había pasado lo que sucedió aquel día… Jamás.

Aquel día, como tantas y tantas veces, Mr. Diógenes se sentó en un taburete frente a la campana de flujo. Segundos antes, había colocado en ella la jaula con los pequeños roedores. Dispuso varios tubos eppendorf en una gradilla azul y rotuló las tapas debidamente. Un instante después, cogió al primer ratón por la cola, lo identificó y cortó el extremo del citado apéndice con las tijeras. Con unas pinzas, tomó la sección y la depositó en el eppendorf correspondiente. Repitió la misma operación dos veces más. Mr. Diógenes no contaba con la sorpresa que le tenía reservada la penúltima de las cinco colas a cortar...

Todo parecía ir bien. Nada hacía presagiar lo que estaba a punto de acontecer. Metió la mano en la jaula, cogió el cuarto ratón, lo identificó, cortó el extremo de su cola y tomó la sección con las pinzas. Dirigió las citadas pinzas hacia el eppendorf correspondiente y las abrió. El frío metálico de la campana pareció congelar el tiempo... Inexplicablemente, la cola se detuvo en el aire ante el asombro de Mr. Diógenes. El apéndice parecía desafiar las leyes de la física. Parecía tener vida propia. De repente, la díscola cola comenzó a moverse muy lentamente, como si quisiera que Mr. Diógenes se deleitara con tal embrujo. Y ante sus atónitos ojos, la magia cesó súbitamente y la cola se precipitó en uno de los agujeros de la gradilla. Quizás decidió postrarse finalmente ante la ley de la gravedad; quizás se cansó del efímero espectáculo paranormal que había protagonizado.

Tras algunos golpes de segundero, Mr. Diógenes reaccionó, tomó la susodicha cola y apresuradamente la colocó en el tubo que la correspondía. Cerró el eppendorf y se convenció de que lo sucedido se debía al flujo de la campana... Se convenció aunque supiera que nunca le había pasado, aunque estuviera casi seguro de que nunca más le volvería a pasar.


17 agosto 2011

Pajareando por Lanzarote

Hace un mes disfrutábamos de unos días de descanso en la isla de Lanzarote; días que aprovechamos para echar mano de nuestras lentes y pajarear un rato. Aunque era fortísimo el viento que azotaba la Conejera no se dio del todo mal el negocio. En el cuadro que cuelgo abajo figura la lista de las especies de aves de las que pudimos disfrutar en la isla.


Especial ilusión nos hizo ver en dos ocasiones a la hubara (Chlamydotis undulata) en una zona de matorral subdesértico cercana a Famara. El ansía que me invadió al intentar hacerla una foto impidió que disfrutáramos de ella tranquilamente. No ocurrió así en el caso del corredor sahariano (Cursorius cursor ssp bannermani). Una actitud más sosegada por mi parte permitió deleitarnos visualmente y conseguir alguna instantánea que más vale por el fondo que por la forma.


Deficiente es también la foto del cernícalo vulgar (Falco tinnunculus) que aparece a continuación. Sin embargo, la supera con creces la tomada a un individuo de halcón de Eleonor (Falco eleonorae) tomada a bastante distancia con la cámara compacta.


Mucho más cerca, mucho más confiado y mucho más paciente estuvo un individuo de alcaraván (Burhinus oedicnemus ssp insularum) con el que disfrutamos durante cuarto de hora. Atento a lo poco que acontecía a su alrededor pero sin parecer molestarle nuestra presencia, se prestó a ser inmortalizado cerca de donde habíamos visto al halcón.


En nuestro periplo por la isla, varias fueron las veces que pudimos ver al omnipresente alcaudón norteño (Lanius excubitor). En concreto, fotografiamos a este individuo en el barranco de Tabayesco. En las dos horas que estuvimos allí, antes de despedirnos de la isla, no se movió de su posadero. Parecía erigirse como el guardián de lo que tanto buscaba y creí que no iba a ver...


Páridos. Mis queridos páridos. Un nutrido grupo de herrerillos africanos (Cyanistes teneriffae ssp ultramarinus) jugueteaba aquí y allá en el barranco, entre higueras (Ficus carica), hinojos (Foeniculum vulgare), tabaibas dulces (Euphorbia balsamifera) y ágaves (Agave americana). Y allí se quedaron revoloteando, sin que pudiéramos postergar el encuentro con el avión que nos habría de regresar a casa.



Equipo:
Nikon Spotting Scope RA III 82 WP
Ocular Nikon Spotting Scope WP 20-60x Zoom DS
Nikon Coolpix P5100
Adaptador Nikon FSB-6

Imágenes recortadas y retocadas en PhotoShop

21 julio 2011

Sinapsis para un bebé

Hoy cuelgo una simpática y desenfadada imagen de una sinapsis entre dos neuronas. La diseñé hace unos días para que luciera en una camiseta que hemos regalado al bebé de una amiga. Demuestra que la biología puede ser divertida, llena de color; constata que el biólogo puede ser muy pero que muy friki.

11 julio 2011

El saltícido del corral

He aquí uno de los pequeños invertebrados del patio de mi casa. Desconozco la especie a la que pertenece este arácnido pero se trata, al parecer, de un saltícido. Como el resto de miembros de su familia, goza de una magnífica visión, captura a sus presas abalanzándose sobre ellas y no confecciona telarañas. Y, como se puede ver en la foto, es un experto en el arte de la intimidación.

05 julio 2011

MicroARNs etológicos

Un diamante mandarín (Taeniopygia guttata) gorjea alegremente entre cabriola y cabriola. Lo hace, no obstante, lejos de la Australia de sus ancestros. Sin saberlo, está siendo objeto de una investigación. No es, sin embargo, ajeno a todo... De repente, su actitud cambia al escuchar el canto de otro diamante. Se le antoja desconocido. Frena en seco su aparente actividad ociosa y permanece quieto, expectante. Las plumas de su cabeza sufren una piloerección. Congelemos ese instante... Es el momento de que emprendamos una pequeña excursión, una pequeña incursión al cerebro de nuestro amigo.


Nos encontramos en la región encefálica responsable del procesamiento del canto. La escucha del inesperado canturreo ha desencadenado un cambio en el metabolismo celular; el perfil de expresión de la célula se ve modificado. Los niveles de algunos ARNs mensajeros aumentan; los de otros disminuyen. No es la única variación que va a acontecer. Se requiere una regulación ultrafina... Los microARNs entran en juego, comportándose como eficientes moduladores de sus hermanos mayores, los mensajeros. Hasta el momento, se ha visto que la región de ADN que sirve como molde para originar a uno de los citados moduladores se encuentra en su cromosoma sexual Z. En nuestro macho, existen dos copias del gen. En el de una hembra, hallaríamos sólo una.

Los sutiles cambios en la expresión génica derivan, en último término, en una respuesta al medioambiente, al misterioso canto en este caso concreto. Una respuesta que, sorprendentemente, es además dependiente del sexo. Minutos después, nuestro protagonista se ha familiarizado con la nueva cantiga, se ha quedado con la copla. Aliviado, vuelve a su alegre rutina.



Información tomada de: Eurekalert
Imágenes tomadas de: Adaptative Radiation y The Goodson-Kingsbury Lab (Indiana University)

03 julio 2011

El fumarel descarado

Hace diez días, mi amigo Miguelón y yo salimos a pajarear un rato por la laguna de Meco. Quedamos encantados al descubrir que rebosaba de agua, que rebosaba de vida. Un rato antes de irnos, estando apostados frente a la nave de Inditex, un grupo de fumareles cariblancos (Chlidonias hybridus) parecía desafiarnos descaradamente, chuleándose al pasar a escasos metros de nuestros telescopios. Fue entonces cuando decidimos que no podíamos soportar tal afrenta y comenzamos a intentar fotografiarlos. La tarea resultó ser bastante difícil pues la citada chulería fue en aumento y numerosos fueron los quiebros que nos brindaron.

Miguelón sacó, a mi juicio, estupendas fotos que, al parecer, no eran tales una vez llegó a casa y las observó detenidamente (que me disculpe pero no sé si creermelo). Yo, por mi parte, decidí intentar congelar uno de esos maravillosos instantes y decidí hacer uso del telescopio para tal ardua misión. Y el resultado es el que sigue a estas líneas.



Equipo:
Nikon Spotting Scope RA III 82 WP
Ocular Nikon Spotting Scope WP 20-60x Zoom DS
Nikon Coolpix P5100
Adaptador Nikon FSB-6

Imagen recortada y retocada en PhotoShop

24 junio 2011

Madrugada de caza

Saltamontes, hormigas, avispas, moscas, mosquitos, caracoles, arañas, opiliones, lombrices y un largo etcétera de pequeños bichejos son los habitantes de mi nuevo hot-spot, del patio de mi casa. Demasiado personal para ser atendido, o devorado, como prefieran, por la pequeña salamanquesa rosada (Hemidactylus turcicus) que se pasea ocasionalmente por tan concurrido recinto. A las dos de la madrugada de hace algunos días, se encontraba el gecónido en el ejercicio de su trabajo cuando un alma insomne lo retrató de esta guisa. Madrugada de caza. Cace mucho o cace poco, no se preocupen; no provocará un colapso en la red trófica del corral, se lo aseguro. Las varias docenas de picaduras de mosquito que adornan mi cuerpo constatan el férreo equilibrio de tal ecosistema. Podremos dormir tranquilos, la biodiversidad está a salvo. En efecto, he dicho docenas.

30 abril 2011

El nido del trepador

Fue hace ya tres semanas cuando, aprovechando una jornada de pesca familiar, opté por desempolvar el telescopio y otear la ribera. Pero quien mucho abarca, poco aprieta... Y así fue como casi enloquecí en el Tajuña... Imposible seguir con mis lentes tanto bicho alado, tanto pajarillo inquieto.

Y entonces, inmerso aún en tal vorágine confusa, advertí que un trepador azul (Sitta europaea) iba y venía. Cuando comencé a observarle detenidamente me di cuenta de que ya tenía una historia. El resto de la escena se diluyó repentinamente, transformándose en un leve ruido de fondo, dejando al trepador como único protagonista de una crónica que surgió de la nada. O del todo.

Las piezas del rompecabezas encajaron solas, una a una. Los vuelos de aquí para allá, el picoteo de amentos de un sauce cercano, un nido en las alturas emisor de agudas demandas... El eterno relato, viejo como el mundo, del que se afana en dar de comer a sus crías, uno de los muchos que confluían aquella mañana en el Tajuña.



Equipo:

Nikon Spotting Scope RA III 82 WP
Ocular Nikon Spotting Scope WP 20-60x Zoom DS

Nikon Coolpix P5100

Adaptador Nikon FSB-6


Imágenes recortadas y retocadas en PhotoShop

12 abril 2011

De Pascuas a Ramos

Hay quien lo hará frecuentemente y, quizás, ya no le sorprenda. A mi, que lo hago de Pascuas a Ramos, “sensu stricto”, me sorprende sobremanera… Tener unas células adheridas a una placa, hacerlas proliferar con un líquido afrutado, infectarlas con un vector que contiene el gen de la proteína verde que es, a su vez, originaria de una simpática medusa moradora de nuestros océanos (Aequorea victoria)… Una receta que permite que, un buen día, llegues al trabajo, mires las susodichas al microscopio de fluorescencia y, por arte de birlibirloque, se vean verdes. Nunca dejará de sorprenderme.

En contadas ocasiones, también produzco partículas virales recombinantes que transportan el gen que yo quiero que transporten para que luego lo porten un puñado de células. La teoría descansa en mis apuntes de cuarto de carrera y, ahora, sorprendentemente, soy yo quien lo hago. Eso sí, de Pascuas a Ramos.

24 marzo 2011

Sin pene ni gloria

Mr. Diógenes llevaba ya, por aquella época, dos años y medio encargándose de aquellos asuntos de laboratorio relacionados con el animalario, amen de otras muchas cosas.

Una mañana, salía del quirófano del animalario, donde había estado perfundiendo unos ratones junto a una vieja conocida, la estresada señorita Muffin, cuando se encontró con Mr. Pyjama, integrante de la plantilla del animalario. Mr. Diógenes no entendió muy bien por qué Mr. Pyjama aludió, en la breve conversación, a un cruce de ratones que nuestro protagonista había puesto dos días antes. No habría descendencia. No habría crías. Mr. Diógenes, desconcertado, no alcanzaba a entender tal predicción. Mr. Pyjama, a su juicio, pecaba de agorero.

Poco duró el suspense. Sólo bastó una frase. La demoledora aseveración de Mr. Pyjama convenció a Mr. Diógenes, le estremeció. Sorpresa, dolor, divertimento. Mr. Diógenes no sabía qué sentía. No habría descendencia. No habría crías. El pequeño semental carecía de pene. Al parecer, sus antiguos compañeros de jaula se lo habían cercenado.

Al día siguiente, la hembra ya disfrutaba de un nuevo compañero sentimental y éste de ella. Parecía no recordar que horas antes compartía su vida con un roedor desmembrado. Parecía no recordar que mantuvo una fugaz relación, casta y pura, que pasó a la historia casi de puntillas, sin pene ni gloria.

21 marzo 2011

Luna de San José

El pasado sábado, nuestra Luna se acercó un poquito más a nosotros, se vio más grande al caer la noche, se convirtió en una superluna. Desafortunadamente, sólo pudimos fotografiarla con el telescopio algo más tarde, cuando ya brillaba intensamente con su toquilla salpicada de estrellas.

16 marzo 2011

¿Para qué sirve un oso?


Gonzalo de Castro y Javier Cámara son los protagonistas de una sugerente comedia con un potente trasfondo medioambiental y conservacionista. Dirigida por el asturiano Tom Fernández, “¿Para qué sirve un oso?” reivindica el papel del oso cantábrico (Ursus arctos) así como el ecosistema del que forma parte. La importancia de las maltrechas abejas (Apis mellifera), el valor de nuestros bosques o los beneficios del reciclaje tienen su justa cabida en una cinta en la que también participan Emma Suárez y Geraldine Chaplin. Me enteré gracias a la web del Fapas y, muy probablemente, iré a verla. Tiene buena pinta. Aquí os dejo el trailer para dejaros con la miel en los labios. ¿El estreno? El 1 de abril.


08 marzo 2011

Y el mañana volvió a ser ayer

Mi hermana dice que no existen los milagros... Yo pensaba que sí pero no me queda otra que darle la razón...

Dos semanas después de que vislumbrara tierra, las harpías, disfrazadas de falsa bruma, instigaron a las viejas moiras para que se malograra mi destino. Fue entonces cuando un torbellino diabólico azotó mi navío e hizo añicos mi ilusión. Y donde estaba tierra ya no había nada y el mañana volvió a ser ayer. Y, perdido, me encontré, de nuevo, a la deriva; de nuevo, atado al mástil.

Mi hermana, como yo, no entendió nada.



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Imagen original tomada de: DeviantArt

22 febrero 2011

Cambio de rumbo

No hace ni una semana me encontraba a la deriva, intentando ignorar un más que posible naufragio. Cual cantos de sirena, el eco de las olas que rompían a orillas del anhelado nuevo hogar inundaba mis neuronas, manteniéndome alejado de mi cuaderno de bitácora. Fue entonces cuando, repentinamente, viró el viento y cambié el rumbo. Proa se hizo popa y popa se hizo proa, y todo lo que valía para ayer ya no valía para mañana, y la turbulenta tranquilidad mudó a delicioso oleaje. Y entonces, en silencio, el vuelo de un puñado de gaviotas me señaló donde estaba tierra y agarré el timón con fuerza.



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Imagen original tomada de: Digital Art by M.R.M.

12 enero 2011

Réquiem por el sauce ausente


Érase un papamoscas cerrojillo, un abejaruco inesperado, un incesante verdecillo, un garrapinos perjudicado. Érase los cuatro protagonistas de cuatro fotos tomadas desde la que siempre fue mi ventana. Posaban todos en las ramillas de un sauce, un sauce que siempre estuvo ahí. No era especialmente bonito, mas era el sauce de mi jardín. Carboneros, herrerillos, mosquiteros o gorriones. Palomas, mirlos, urracas o verderones. Muchos eran los asiduos a él. Ayer, una amarga mezcolanza de rabia y tristeza se apoderaba de mí. Ayer, ya no había sauce.

Todavía quedan algunas semanas para que vuele del nido y deje atrás mi jardín, mi hot-spot. Aún así, parece que el destino se ha dado bastante prisa en desmantelar un pedacito del decorado que asomaba desde más allá de mi ventana. Le ha faltado tiempo.